Así, de repente

Recuerdo los primeros días en la universidad, cuando empecé Periodismo, y una de las profesoras nos hizo redactar, en pocas palabras, por qué habíamos elegido esa carrera. Yo mencioné que de pequeña había ganado varios premios de escritura en el colegio. Expliqué que los profesores nos proponían un tema sobre el que teníamos que desarrollar una historia y nuestras infantiles y extraordinarias mentes hacían el resto. Mi primer concurso lo gané por un cuento sobre la paz mundial (un clásico). Como premio me dieron una toalla de playa de Agatha Ruíz de la Prada que aún conservo.

Otra de las razones que incluí en mi redacción al empezar la carrera fue: «Porque quiero darle voz a quien no la tiene». Luego me di cuenta de que el periodismo no iba de eso pero esta es otra historia.

Es irónico que haya elegido este título para mi primera entrada porque de pequeña no sabía decir «de repente», decía «redepente». -¡Qué mona! -comenta mi madre cada vez que lo recordamos. Y así estuve varios años, diciéndolo mal y ella sin corregirme porque le hacía gracia. En fin, cosas de madres, pero me parece acertado. Un día te levantas y todo ha cambiado igual que durante días, semanas, meses…al levantarte todo sigue exactamente igual.

Al terminar la licenciatura estaba confundida. No tenía ni idea de lo que iba a hacer. Pensaba «¿cinco años estudiando para esto? Muy bien Eva, te has lucido». Miraba a mi alrededor y veía amigas y compañeros de la universidad que estaban encaminando sus vidas hacia algo, que tenían una meta. Yo me dedicaba a picotear un poco de aquí y de allá, tocando varios palos pero sin terminar de encontrarme.

Estuve de prácticas en una empresa escribiendo para páginas web. Me gustaba y se me daba bien, pero mis meses de contrato terminaron y me fui a la calle. Además no podía escribir sobre lo que quisiera, había unas pautas muy estrictas, yo sólo tenía que darle forma.

También probé como reportera cubriendo estrenos de películas para una pequeña web dedicada al cine. Pero el proyecto no se consolidó y, aunque no le tengo miedo a las cámaras y recibiése buenas críticas, yo no veía ahí mi futuro.

Por último, me metí en la radio donde aprendí, entre otras cosas, a trabajar en equipo. Sin embargo, seguía sin llenarme y no ponía el empeño y las ganas que se le debe poner a algo a lo que quieres dedicar tu vida.

A pesar de estar perdida, sabía que no podía quedarme parada. Hice una reflexión sobre mis necesidades y si algo tenía claro, era que tenía que perfeccionar mi inglés. Estuviese donde estuviese mi sitio hablar inglés con fluidez seguro que me ayudaba y en caso de que no llegase a encontrar mi meta (cosa que pensaba a menudo) el inglés me abriría algunas puertas. Así que en ese mar de dudas, decidí irme a Inglaterra a trabajar unos meses.

Me vi trabajando doce horas casi seguidas y sin tiempo ni fuerzas para pensar. – Vaya idea brillante has tenido otra vez Eva- me decía a mi misma. Pero al cabo de los días empecé a observar algo, para organizar esa tormenta de ideas que atravesaba mi cabeza siempre hacía lo mismo: escribía. Cuando me sentía sola me evadía inventándome las vidas de otras personas que estaban en otros lugares y hacían cosas diferentes. Cuándo quería expresar un sentimiento hacía que los personajes que me había inventado lo hiciesen por mi. Me apasionaba escribir. Me apasiona.

Y ahí estaba, un objetivo, una ilusión, algo a lo que dedicarme.

«Así, de repente» no significa por arte de magia. No vas a saber lo que quieres porque alguien te toque con su varita pero habrá un momento, un día, en el que todo cobrará sentido, en el que sabrás porque las cosas ocurrieron de aquella forma.

Ahora tengo que conseguir que la gente también se ilusione con lo que escribo, que el lector pueda transportarse a los lugares que describo y de vida a los personajes que con tanto cariño creo. Son ellos, los lectores y lectoras, los que tienen que darle sentido a todo esto.

Cómo una vez me dijo alguien a quien quiero mucho: hazlo con pasión y funcionará. No tengo padrino/a, ni dinero, ni contactos, ni siquiera tiempo suficiente para escribir todo lo que me gustaría. Pero tengo ideas, ganas y sobre todo, pasión por lo que hago. He encontrado mi meta, ahora sólo tengo que empezar la carrera.

Termino este post con una frase de Steve Jobs (creador de Apple y Pixar Animation) que pronunció en el famoso discurso que dio en la universidad de Standford en 2005: «(…) No puedes conectar los puntos hacia delante. Sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tendrás que confiar en que los puntos se conectarán en el futuro. Tienes que confiar en algo. Tu instinto, el destino, la vida, el karma, en lo que sea. Porque creer que los puntos se unirán, te dará la confianza de confiar en tu corazón.»

Escrito en 2015