Lanzarote, entre volcanes y playas de arena blanca

Playa de Papagayo (Lanzarote) Ene 11, 2017

Lanzarote, entre volcanes y playas de arena blanca

Hemos pasado una semana en Lanzarote y la verdad es que, a pesar de no ser tan pequeña como esperábamos, en 2 o 3 días se pueden visitar todos los puntos de interés turístico. Nosotros hemos querido tomarnoslo con calma para saborear cada rincón de la isla.

Recomendaciones:

– Transporte

Sin duda la mejor opción para moverse por la isla es alquilar un coche. Son muy económicos (unos 85 euros por 6 días) y es lo más cómodo para acortar distancias. Desde Arrecife hemos tardado una media hora en llegar a los puntos más importantes del norte y sur de Lanzarote.
Además el combustible es más barato que en la península.

– Sitios para comer

En Arrecife hay varios restaurantes para comer bien y sin gastar mucho. Los dos que más nos han gustado (y que más hemos frecuentado) son V Factor y La Tabla.

V Factor es un vegano donde encontrarás zumos y batidos naturales, wraps y hamburguesas vegetales y una variada carta de platos en los que los principales ingredientes son el tofu, el arroz, las legumbres y las verduras.
A pesar de que algunos veganos pueden pecar de falta de sabor en sus comidas, V Factor nos conquistó desde el primer día con sus deliciosas combinaciones.
Recomiendo especialmente las ensaladas y la hamburguesa (entre 5 y 7.5 euros).

Por otro lado, La Tabla es conocida por sus hamburguesas de vacuno. Personalmente me ha encantado la hamburguesa de trufa y la Italiano.
El local tiene mucho encanto y entre las 16.00 y las 19.00 te hacían un 2×1.

En cuanto al resto de zonas de la isla, en el pueblo de Arrieta, en la parte norte de la isla, hay un restaurante junto al mar que se llama Amanecer. Allí comimos un pescado espectacular y a un precio muy económico. Las raciones rondan los 5 o 6 euros y son muy abundantes.
Nos encantó la parrillada para 2 porque te da la opción de probar varios tipos de pescado y marisco fresco. Llena, pero está bien de cantidad para una pareja. Eso sí, sin entrantes.

Para algo rápido y que te puedas llevar a las excursiones, nosotros optamos por unos bocadillos que compramos en Playa Honda en un pequeño restaurante llamado Wambo. Nos gastamos unos 6 euros en total y el “especial Wambo” estaba riquísimo.

Es una buena opción, por ejemplo, si vais a las playas de la Ruta del Papagayo, ya que la única opción para comer una vez que entras en el parque natural (pagando 3 euros por vehículo) es un chiringuito que siempre está lleno y es bastante caro. Nosotros comimos allí uno de los días y la verdad es que la comida está muy bien, pero como digo es más caro que otros sitios de la isla. El postre nos gustó especialmente.

Cerca de Yaiza, en un pequeño pueblo llamado Uga, también encontramos un restaurante que nos gustó mucho: Casa Gregorio. Allí probamos la sopa de Millo, típica de la isla y que recuerda un poco al cocido, la morena frita y el bienmesabe, un postre de almendra. Todo estaba delicioso y no nos resultó caro.

Para tomar unos cócteles por la noche, nos recomendaron un bar llamado Delicatezza que está en Puerto del Carmen. Según nos explicó el camarero los siropes y licores los hacen ellos. Rondan los 7 u 8 euros y merece la pena probarlos. Nos gustó mucho.

– Sitios que visitar

Al ser nuestra primera visita a la isla, leímos varios foros para informarnos de los lugares más representativos y hacernos una idea de lo que nos íbamos a encontrar. A pesar de que las recomendaciones son muchas y variadas, nosotros hemos ido visitando lo que considerábamos más acorde a nuestros gustos. Después de todas las excursiones realizadas, personalmente lo que más me ha gustado ha sido: la ruta del Papagayo, en concreto Playa de las Mujeres y Playa del Pozo, la isla La Graciosa y la visita al Timanfaya.

El día que pasamos en La Graciosa fue espectacular. Es un isla con playas de arena blanca, agua cristalina y prácticamente desérticas. Nos asentamos en concreto en la Playa de la Montaña Amarilla, hasta la que se puede acceder andando o en bici. Es una pequeña cala presidida por una enorme montaña de color amarillo (debido a los minerales que la componen) y en la que te puedes bañar porque el agua tiene una claridad y temperatura perfectas.

Para llegar hasta allí, pasamos por la playa de la Francesa, también muy amplia y agradable y en la que estábamos prácticamente solos. Ambas son lugares paradisíacos.

Desde Orzola sale un ferry cada hora que te lleva hasta allí por 20 euros por persona. Sin duda es una visita obligada si estás en Lanzarote.

Otro de los lugares que nos conquistó fue el Timanfaya. La cola de espera para entrar con el coche puede durar alrededor de una hora pero si vas muy temprano por la mañana probablemente no tengas que esperar tanto. Las vistas desde arriba son espectaculares y puedes sumergirte en los paisajes creados por la lava fundida. Un vez aparcas en lo alto de la montaña, un autobús te lleva en una visita guiada adentrándote en los caminos de lava. Es realmente impresionante.

Después del Timanfaya fuimos directamente a Los Hervideros, totalmente gratis y una maravilla de la naturaleza. Allí puedes escuchar como el mar se mete entre las grandes rocas creando un paisaje digno de fotografiar.

Para relajarte en la playa y disfrutar del sol y el mar, deberías ir a la ruta del Papagayo, como he comentado antes, para mí las más espectaculares son la de Las Mujeres y la del Pozo, pero podrás visitarlas todas porque están pegadas y se pueden cruzar andando.

En cuanto a las excursiones obligadas, aquí incluiríamos: La Cueva de los Verdes , los Jameos del Agua y el Jardín de Cactus.

De estas tres, si tuviese que elegir una, me quedaría con la Cueva de los Verdes, donde te adentras en una cueva milenaria creada por las burbujas que se generaron entre la lava. Nos pareció preciosa. Eso sí, no es apta para claustrofóbicos!

Los Jameos del Agua muy bonitos, además tiene un área de documentación histórica sobre volcanes que nos resultó muy interesante.

Y por último El Jardín de Cactus, quizás la menos imprescindible de las tres pero que no está mal como curiosidad. Reúne una gran variedad de cactus traídos de todo el mundo y tiene un gran valor a nivel botánico.

En general destacar la amabilidad de sus habitantes y el ritmo pausado de la isla. Es un lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la vida.

Guardar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.